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su alrededor. Cuando los primeros nav�os de la formación se hicieron visibles en las
pantallas del crucero, Tobbra volvió a sentirse obligado a mantener una conversación
privada con Brand.
 Est� infringiendo todas las reglas para las situaciones de enfrentamiento que
contiene la compilación de normas de mando  dijo, decidiendo no andarse con rodeos .
La pantalla de cazas est�ndar es de tres escuadrones, no de dos, y eso �nicamente para
esta nave. Los cazas est�n tan separados unos de otros que el enemigo apenas tendr�
dificultades para atravesar la pantalla.
 Voy a reservar los otros dos escuadrones de cazas para misiones de escolta  dijo
Brand . Los bombarderos necesitar�n ayuda para abrirse paso.
 Ni siquiera estamos seguros de cu�ntos cazas hay a bordo de un tipo-I  protestó
Tobbra, empezando a subir la voz . El n�mero total podr�a ser dos o tres veces el que
vimos en Doornik-319.
Brand le lanzó una mirada g�lida.
 O intenta controlar el tono y el volumen de su voz, capit�n, o ser� mejor que salga
del puente. No tengo ninguna intención de seguir discutiendo con usted durante toda la
confrontación.
Tobbra bajó la voz, pero su tono no experimentó ninguna variación.
 No deber�amos buscar la confrontación con el enemigo, se�or. El problema es
precisamente eso, y tengo el deber de hacerle ver...
 �Que no sabemos todo lo que podr�amos saber? Eso no es ninguna revelación,
capit�n. S� contar, y soy capaz de leer un informe de Inteligencia. No me considere tan
incompetente, por favor.
 No pretend�a insultarle, se�or.
 Eso no siempre resulta obvio partiendo de sus palabras  replicó Brand . Capit�n,
si una fuerza m�s peque�a nunca hubiera derrotado a una fuerza superior en n�mero
podr�amos limitarnos a pesar los despliegues de batalla y declarar qui�n iba a ser el
vencedor evitando elegantemente todas las partes desagradables. Pero la guerra no se
libra de esa manera. Tire su calculadora a la papelera. No puede usarla para tomar las
decisiones realmente dif�ciles.
Tobbra frunció el ce�o, pero asintió en silencio.
Brand se le acercó un poco m�s, y cuando volvió a hablar bajó la voz hasta dejarla
convertida en lo que pr�cticamente era un susurro.
 Tambi�n hay algo m�s en juego, Theb..., y se trata de algo que no encontrar� en una
compilación de reglas. �Sabe qu� es ese algo? Pues que si una ca�onera y un crucero de
la Nueva Rep�blica en perfecto estado de mantenimiento no pueden enfrentarse a un
tipo-I y salir vencedoras del enfrentamiento, entonces la Flota necesita saberlo lo m�s
pronto posible..., porque todos los informes que he estado viendo dicen que los
yevethanos cuentan con un montón de naves del tipo-I.
 �Y �sa es la razón por la que ha separado al Folna del resto de la formación? 
preguntó Tobbra, dejando escapar el aliento que hab�a estado conteniendo.
 S�..., por eso y por el hecho de que tiene la piel demasiado delicada para poder
soportar cierto tipo de malos tratos.
Tobbra volvió la mirada hacia el planeta, que ya se hab�a convertido en un disco
claramente visible dotado de una cara salpicada de manchas amarillas y marrones.
 Ser� mejor que vuelva a mi puesto  dijo . He de examinar la situación t�ctica en
las bater�as.
Quince minutos antes del momento en el que esperaban ver reaparecer a la nave
yevethana, Brand dio la orden de lanzar los bombarderos y los cazas de escolta. No
quer�a correr el riesgo de ser sorprendido con las cubiertas de vuelo llenas de combustible
y explosivos de alta potencia si la nave yevethana aparec�a antes de lo esperado porque
hab�a adoptado una órbita m�s baja de la que le adjudicaban sus c�lculos.
Los alas-K adoptaron una formación de grupos de tres aparatos, con cada grupo
situado entre un tr�o de cazas que volar�an por encima de �l y otro tr�o que lo har�a por
debajo. Brand siguió el despliegue desde el puente mientras los aparatos adoptaban sus
posiciones a veinte kilómetros por delante de ellos. Aunque las alas y dem�s superficies
hab�an sido oscurecidas para operar en el espacio, las emisiones de los motores eran tan
visibles como velas que ardieran en la noche. Los rastros triples que dejaban los alas-K
pod�an distinguirse con toda claridad entre las otras emisiones.
 Espero que esta vez s� dejar�n caer sus huevos dijo el oficial t�ctico en voz baja
cuando Brand volvió a la mesa de trayectorias.
 Los dejar�n caer  replicó Brand sin vacilar . Y no porque hayamos cambiado las
frecuencias de combate y hayamos instalado codificadores de seguridad..., sino porque
deben hacerlo.
El Vanguardia se apartó del crucero cinco minutos antes de la readquisición, y empezó
a seguir una trayectoria que le proporcionar�a un campo de fuego despejado y permitir�a
que localizara a la nave yevethana mientras el resto de la formación de ataque segu�a [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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