Le Guin, ursula K Cuentos de Terramar 

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Lamento por el Encantador Blanco. La isla se hundió bajo el mar, y Elfarran con ella. Pero
su cuna-canoa de madera de sauce, flotando libremente, condujo a su hijo Serreth hasta
un lugar seguro, y éste llevaba la promesa de Morred, el anillo que tenía grabada la Runa
de la Paz.
En mapas del Archipiélago, la Isla de Solea está representada por un espacio en
blanco o por un remolino.
Después de Morred, siete reyes y reinas más reinaron desde Enlad, y el reino fue
aumentando constantemente en tamaño y prosperidad.
Los Reyes de Havnor
Un siglo y medio después de la muerte de Morred, el Rey Akambar, un príncipe de
Shelieth en Way, trasladó la corte a Havnor y convirtió al Gran Puerto de Havnor en la
capital del reino. Más central que Enlad, Havnor estaba en mejor localización para el
comercio y para enviar flotas para proteger a las islas Hárdicas contra los ataques y las
incursiones de los Kargos.
La historia de los Catorce Reyes de Havnor (en realidad seis reyes y ocho reinas, (150-
400) es contada en la Trova Havnoriana. Dejando un linaje de descendencia tanto por las
líneas masculinas como por las femeninas, y casándose unos con otros con varias casas
nobles del Archipiélago, la casa real abarcaba cinco principados: la Casa de Enlad, la más
antigua, cuya ascendencia provenía directamente de Morred y Serriath; las Casas de
Shelieth, Éa, y Havnor; y finalmente la Casa de Ilien. El Príncipe Gemal del Mar de Ilien
fue el primero de su Casa en acceder al trono en Havnor. Su nieta fue la Reina Heru; su
hijo, Maharion (quien reinó de 430 a 452), fue el último rey antes de la Época Oscura.
Los Años de los Reyes de Havnor fueron un período de prosperidad, descubrimientos y
fuerza, pero durante el último siglo del período, los ataques de parte de los Kargos en el
este y de los dragones en el oeste se convirtieron en algo frecuente y feroz.
Reyes, señores y Hombres de Islas encargados de defender las islas del Archipiélago
terminaron por dejar el trabajo en manos de los magos para que alejaran a los dragones y
a las flotas de los Kargos. En la Trova Havnoriana y en La Gesta de los Dragones, tal
como sigue el cuento, las hazañas y los nombres de estos magos comenzaron a eclipsar
a los de los reyes.
El gran mago-erudito Ath recopiló un libro del saber que reunía muchos conocimientos
dispersos, particularmente de las palabras del Lenguaje de la Creación. Su Libro de
Nombres se convirtió en la base de la atribución del Nombre como una parte sistemática
del arte de la magia. Ath dejó su libro con un amigo mago en Pody cuando viajó hacia el
oeste, enviado por el rey para derrotar o alejar a una nidada de dragones que había
estado desbandando ganado, provocando incendios, y destruyendo granjas por todas las
islas occidentales. En algún lugar al oeste de Ensmer, Ath se enfrentó con el gran dragón
Orm. Los informes de este encuentro varían; pero a pesar de que después de aquello los
dragones cesaron sus hostilidades durante un tiempo, lo que es seguro es que Orm
sobrevivió, y Ath no. Su libro, perdido durante siglos, está ahora en la Torre Solitaria de
Roke.
Se dice que la comida de los dragones es la luz, o el fuego; matan enfurecidos, para
defender a sus crías, o por deporte, pero nunca se comen a su presa. Desde tiempos
inmemoriales, hasta el reinado de Heru, habían utilizado solamente las islas más remotas
del Confín del Poniente  que podrían haber sido los límites más orientales de su propio
reino para reunirse y alimentarse, e incluso raramente eran vistos por la mayoría de los
isleños. Irritables y arrogantes por naturaleza, los dragones pudieron haberse sentido
amenazados por las crecientes población y prosperidad de las Comarcas Interiores, las
cuales llegaban con su constante tráfico de embarcaciones hasta el Confín del Poniente.
Fuera cual fuese la razón, en aquellos años los ataques iban en aumento, repentinos y
fortuitos, a rebaños y manadas y aldeanos de las solitarias islas occidentales.
Un relato acerca del Vedurnan o División, conocido en Hur-at-Hur, dice:
Los hombres eligieron el yugo,
los dragones el viento.
Los hombres poseer,
los dragones nada.
Eso quiere decir que los seres humanos eligieron tener posesiones y los dragones
eligieron no tenerlas. Pero, así como hay ascéticos entre los humanos, algunos dragones
codician cosas brillantes, oro, joyas; uno de ellos era Yevaud, quien a veces se mezclaba
entre la gente con forma humana, y quien convirtió a la rica Isla de Pendor en una
guardería para dragones, hasta que fue devuelto hacia el oeste por Ged. Pero los
dragones depredadores de la Trova y de las canciones parecen haber estado impulsados
no tanto por la codicia como por la furia, por una sensación de haber sido engañados,
traicionados.
Las gestas y las trovas que hablan de ataques de dragones y contraataques de magos
retratan a los dragones como a cualquier animal salvaje sin piedad, aterrador,
impredecible, sin embargo inteligente, a veces más sabio que los magos. Aunque hablan
en la Lengua Verdadera, son infinitamente malévolos. Algunos de ellos disfrutan
claramente de las batallas de ingenio con los magos, «desgarrando argumentos con una
lengua bífida». Al igual que los seres humanos, todos, excepto el más poderoso,
esconden su nombre verdadero. En la trova El viaje de Hasa, los dragones aparecen
como seres temibles pero con sentimientos, cuya furia ante las flotas invasoras de
humanos está justificada por el amor que le tienen a su propio dominio desolado. Se
dirigen al héroe:
Navega, al hogar, a las casas del alba, Hasa.
Deja a nuestras alas los largos vientos del oeste,
déjanos el aire de mar, lo desconocido, lo supremo...
Maharion y Erreth-Akbe
La Reina Heru, llamada el Águila, heredó el trono de su padre, Denggemal de la Casa
de Ilien. Su consorte Aiman era de la Casa de Morred. Después de haber reinado durante
treinta años le dio la corona a su hijo Maharion.
El consejero-mago e inseparable amigo de Maharion era un plebeyo y un «hombre sin
padre», hijo de una bruja de aldea del interior de Havnor. Es el héroe más adorado del
Archipiélago, su historia es contada en La Gesta de Erreth-Akbe, que cantan los bardos
en la Larga Danza en pleno verano.
Los dones para la magia de Erreth-Akbe fueron evidentes cuando todavía era sólo un
niño. Fue enviado a la corte para ser adiestrado allí por los magos, y la Reina lo eligió
como compañero para su hijo.
Maharion y Erreth-Akbe se convirtieron en «hermanos del corazón». Pasaron diez años
juntos luchando contra los Kargos, cuyos ataques ocasionales desde el este se habían
convertido en los últimos tiempos en captura de esclavos, en invasiones colonizadoras.
Venway, Torheven y las Torikles, Spevy, Perregal y partes de Gont estuvieron bajo
dominio Kargo durante toda una generación o más. En Shelieth en Way, Erreth-Akbe
urdía una poderosa magia contra las fuerzas Kargas, quienes habían desembarcado en
«mil barcos» en el Pantano de Way y estaban ocupando toda la península. Utilizando una
invocación de los Antiguos Poderes llamó al Saber del Agua (tal vez el mismo que
Elfarran había utilizado en Solea contra el Enemigo), convocó las aguas de las Fuentes [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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